Escrito por: Juan Francisco Ramos - Gerente de Proyectos en Beans & Fruit Dry.
En nuestro mundo moderno, el individualismo y la ambición desmedida son patrones de comportamiento muy tolerados cuando se trata de lograr el anhelado éxito profesional. La falta de valores, la búsqueda del beneficio propio y la priorización personal, lamentablemente, son prácticas comunes dentro del mundo de los negocios. Por otra parte, también se subestiman la solidaridad y el desprendimiento cuando estos no implican un beneficio escondido. Incluso, son consideradas como debilidades y falta de dureza en ciertos contextos. “Hay que ser frío e implacable, de lo contrario no sobrevives”. Quién no lo ha escuchado y hasta se ha dejado seducir por ello. Sin embargo, ¿es esta afirmación necesariamente cierta?
Las prácticas egoístas, el ascenso a costa del prójimo, la estafa, el engaño, entre otros, requieren tarde o temprano de alguien en desigualdad de condiciones. El fin que justifica los medios solamente es el fin de uno. Un beneficio común, aunque suene trillado, es el camino hacia el que debe aspirar todo profesional, trabajador, estudiante y cualquier persona, para que la sociedad prospere. ¿O acaso no es evidente, en muchos de los países, la indiferencia inicial hacia la pandemia para no menoscabar el desempeño de la economía? Es cierto, el sistema productivo es preponderante, pero más aún lo es la vida. Más simple: sin vida, no tiene sentido la riqueza, así como el dinero no puede comprar la salud.
¿Qué nos ha llevado como seres humanos a este punto del desarrollo? El trabajo en equipo, la unión de fuerzas, el compañerismo, la lealtad y, sobre todo, la solidaridad, son comportamientos elevados que han permitido que tanto el hombre como la mujer lleguen a donde están ahora. Entonces, ¿no cabe pensar en un replanteo del estilo de realizar negocios, de trabajar, de estudiar, de convivir? La ética eleva al ser humano y dignifica aún más su función en este mundo. ¿Para qué trabajo?, ¿por qué estudio?, ¿a costa de qué gano dinero?, ¿qué hago con ese dinero?, son preguntas trascendentales que el ser humano debe plantearse constantemente. Esta pandemia solamente la vamos a superar con un comportamiento solidario y humano. Es la gran prueba para cada uno como especie: la posibilidad de que mis actos contribuyan a la salvación de mis semejantes.
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